En vez de recurrir a las marditas extensiones de pelo o darse una buena rapada de casco, Aguiló prefiere usar este pasado de moda, falso y feo peluquín. Sin duda alguna que parece que le pegaron con caqui pelos de una gruesa brocha en su pelada cabeza.
¿O NO?
Querido, a envejecer con dignidad o a invertir su dinerito en un buen transplante de pelo, pelo, pelo.
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