Los Ángeles.- En una década marcada por las duras realidades de la guerra contra el terrorismo y una economía quebrada, Hollywood resultó más que nunca una fábrica de sueños, ofreciendo un escapismo fantástico cuando el público más lo necesitaba.
Las películas de las series “El Señor de los anillos” y “Harry Potter” comenzaron a producirse a finales de los 90, pero llegaron al público meses después de los atentados del 11 de septiembre del 2001.
Las sagas de fantasía, ciencia ficción y superhéroes han existido desde los comienzos del cine, con series como “Batman”, “Superman” y “Flash Gordon” y clásicos como “El mago de Oz”. Pero el escapismo durante la Depresión y la Segunda Guerra Mundial vino mayormente en forma de comedias ligeras o brillantes romances musicales.
La pasada década solidificó al niño como público clave de Hollywood, con las últimas entregas de “La guerra de las galaxias” de George Lucas junto a héroes de libros de historietas (Batman, el Hombre Araña, los X-Men), juguetes (“Transformers”) y la reaparición de viejos conocidos (“Indiana Jones”, “Star Trek”) que produjeron una sucesión de estrenos colosales.
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