La diva del pop vuelve a provocar polémica por su forma de vestir, aunque lógicamente, no en Occidente. Si la semana pasada era en Malasia donde se criticaba su atuendo y se la obligaba a posponer un concierto, esta vez es en Egipto donde atacan que "salga desnuda en sus videoclips".
En medio de su gira mundial "I Am...", Beyonce tiene prevista una parada en un 'resort' de Port Ghalib, en el Mar Rojo. Será el primer concierto de la diva del pop en Egipto y las entradas han alcanzado precios superiores a los 400 euros, según informa una cadena de televisión.
Sin embargo, antes incluso de que Beyonce haya pisado tierras egipcias, sus movimientos y sus vestidos ya han provocado la polémica entre los sectores más conservadores de la política del país. La semana pasada un político del ala conservadora criticaba a una cantante que "sale desnuda en sus videoclips" y cuya actuación incumple la Sharia.
El parlamentario, según informaciones de la CNN, acusó al Gobierno de un doble rasero moral, por permitir una actuación que va contra el código de regulación de costumbres del buen musulmán (la Sharia) pero prohibir a un grupo islámico que cante canciones religiosas para niños.
En cualquier caso, no es la primera vez que una artista occidental causa controversia en Oriente, ni en Egipto. En 2007, un clérigo egipcio comparó a Shakira con una prostituta poco antes de una actuación de la colombiana en el país. Estas críticas han sido las que han motivado que los conciertos 'occidentales' se trasladen de la capital a ese 'resort' a miles de kilómetros de El Cairo.
En medio de su gira mundial "I Am...", Beyonce tiene prevista una parada en un 'resort' de Port Ghalib, en el Mar Rojo. Será el primer concierto de la diva del pop en Egipto y las entradas han alcanzado precios superiores a los 400 euros, según informa una cadena de televisión.
Sin embargo, antes incluso de que Beyonce haya pisado tierras egipcias, sus movimientos y sus vestidos ya han provocado la polémica entre los sectores más conservadores de la política del país. La semana pasada un político del ala conservadora criticaba a una cantante que "sale desnuda en sus videoclips" y cuya actuación incumple la Sharia.
El parlamentario, según informaciones de la CNN, acusó al Gobierno de un doble rasero moral, por permitir una actuación que va contra el código de regulación de costumbres del buen musulmán (la Sharia) pero prohibir a un grupo islámico que cante canciones religiosas para niños.
En cualquier caso, no es la primera vez que una artista occidental causa controversia en Oriente, ni en Egipto. En 2007, un clérigo egipcio comparó a Shakira con una prostituta poco antes de una actuación de la colombiana en el país. Estas críticas han sido las que han motivado que los conciertos 'occidentales' se trasladen de la capital a ese 'resort' a miles de kilómetros de El Cairo.
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